By: Soluna & Heloher
Forcé al
destino, es la primera vez que lo hago, nunca antes lo había dicho, pero tuve
que forzarlo, me vi en esa necesidad desde el primer momento en que apareciste,
“robaste mi atención” te lo dije mientras admiraba tus ojos tristes y tu sutil
sonrisa, pensé que nunca llegaría el
momento de mirarte a la cara, y mantener tu mirada, sentí una honda emoción al verte, pensé que era la
ocasión perfecta porque todo sabia que tal vez
después de esto se desvanecería para siempre y… titubeante te susurre “déjame
tocarte para liberar tu alma, déjame guiarte hasta la tentación, esta noche
todo puede ser posible”
Sentí un dolor
en mi corazón al escuchar un NO para mí,
no sé porque lo hiciste, porque….
Porque dices que así eres, que no te gusta lastimar a las personas, ¿no sabías cuánto daño me hacías
dejándome entrar unas horas en tu vida?
o es que acaso tu egoísmo no te permitió entender que un ser como el mío se
podía enganchar al tuyo con la fuerza inquebrantable de un huracán, ¿Por qué?
Te preguntaras, también yo lo hago, no sé que fue en realidad, no sé si fue tu historia, tus locuras, tus
ojos tristes que revelaban tanta soledad, tu voz que me envolvía como el canto
de una sirena a un valiente pirata, tu
cuerpo que era como polvo infinito, polvo de hueso luminoso escarchado de
lluvia erótica, era todo tu ser en si ,
desde tu cuerpo hasta el rincón más oscuro de tu corazón.
Por un momento
pensé que tal vez la angustia de
depender de alguien me orillaba a buscarte, de sentir una euforia desbocándose en mi cada
vez que te miraba o tocaba, pero los
días pasaban y me alejaban de ti, también tus miedos y tu raciocinio lo hacía,
y yo maldije tu soledad, tus noches en vela, pensando el bien y el mal.
La tarde del
domingo cuando las mariposas estaban ausentes, quitándome las esperanzas en
medio del silencio, lo claro de la tarde
antes de anochecer me devolvió una ilusión, viajar mil caminos hacia ti…, traerte a mi
refugio para que conocieras mi vulnerabilidad, mi interior, mis gustos, mi ser en
su máxima pureza y mi instinto, mostrándome sin facetas, todo para encontrarme con
una barrera, en uno NO, la realidad mostrándome contigo lo mortal que puedo ser.
Pero tu ser
tan paradójico, pretendiendo que te abrazará,
porque tu lo hacías, que te cargara, acercando tu cuerpo al mío, te explique intentándote enseñar que eso no se
le hace a un corazón sediento de ti, frágil y tan dócil ante tu ser, capaz de
dirigirse a la muerte si se lo pidieras; no quise decirte pero un corazón ansioso de entregarse al deseo y tú haciendo
esas paradojas podría volverse loco por ti, un sutil abrazo mi cuerpo pedía
desde días atrás para sentir el calor de
nuestros cuerpos y sabernos en la realidad, forcé el destino una vez más y
encontré el muro enorme de tu desprecio o tal vez de tus miedos, de las
consecuencias hacia tu corazón. Pensando que era la última vez quise me dieras
un dolor más antes de irte, “dime algo que me subyugue hasta la piel, que
mis sentidos lleguen al paroxismo”
grité. Y me diste un adiós pero con una
esperanza de verte otra vez.
Y no sé de qué
manera siempre regresas a mí, tal vez en
el afán de ver hasta donde llegaba toda
esta historia y llegamos hasta el final del parque…preparando el adiós definitivo…
donde el frío de la lluvia acida exigiría un abrazo, decirte en un adiós repentino
y desesperado que todas aquellas horas
del insomnio atroz fueron generadas por
tu ausencia; pero te juro que esta vez había entendido los limites de tu
persona hacia la mía, no me fue suficiente, quise arriesgarme, ultrajarte para
manchar tu alma y hacernos un día glorioso y lo hice en un instante y tú, tú
cediste para que supieras que la pasión nos debe acompañar hasta el último
instante de nuestras vidas y fue ahí donde el amor que no sentimos, se
convirtió en deseo, en un ardor interior
en nuestros cuerpos pertrechados, la libido enloqueció, nuestros deseo
encendido como llamas de nuestro infierno interior nos dejamos llevar en la
penumbra del cielo de
la pasión más oscura de nuestros miedos, haciéndonos perder el control, por ese
eterno instante bendije a los dioses, tenia tu cuerpo entre mis manos emitiendo
un aroma indescriptible, tu aroma me arrebataba la virtud como el silencio imponiéndose
sobre las palabras; las piernas me temblaban,
y a pesar de que sabíamos que eso no era amor, tu deseo seguía desembocándose
sobre mí, profanando uno al otro el
paraíso de nuestros cuerpos, continuamos, unas veces lamentándote de hacerlo y yo convenciéndote
que sería mañana cuando debía llegar el arrepentimiento, no ahora; pero… mire
tus ojos llorar, sentí tu boca arder, tu cuerpo
abriéndose al deseo una vez más, y el mío cediendo cada vez a tus
encantos, sintiendo como caían tus muros, tu explicando como surgía tu
vulnerabilidad cada vez que te besaba o tocaba tu cuerpo, sabía
que no tenía que parar, pero lo hice, lo
hice porque no quería que te arrepintieras del todo, no quiero decir que quise tocar tu cuerpo en
llamas en el holocausto de la virginidad,
pero quería una oportunidad de enamorarte….aunque tal vez ya sabía que no pasaría y aun así …..te
deje ir y pensé en un mañana sabiendo que todo esto desde que comenzó… cuando
te vi por vez primera… era el final de esta historia, que yo solo quise
escribir para dejar volar mis sueños mis anhelos, que quise entregarme al amor
que provocaste sin importar las consecuencias de este bello tormento.
Un día más
para decir adiós pedido por ti envuelto en la agonía de tu ausencia, para
explicarte mis fantasmas y mis peores demonios, para intentar aquello que yo
deje pendiente, no sé qué paso por tu cabeza, no quise saberlo, ya me era suficiente
con mirar tus ojos y atemorizarme que los perdería para siempre, aquella
canción intentándote convencer que me besaras, la pena embargando tu ser, mi
llanto, mi ganas de ti, tu rechazo, tus
ganas de mi, tu cuerpo, mis adioses tan frecuentes disfrazados, cuando lo único
que quería era que te quedaras … tu adiós que no llegaba…..pero al final de ese
día te perdí entre mis manos y mis ojos te perdieron entre tanta gente.
Pensé que ese
adiós seria para siempre, regresar a ti y que no estuvieras. Decidí darle la
bienvenida al dolor por tu fugaz
partida; y sentí el impulso de volverte a hablar y decir una palabra apresurada
para ti, una palabra que salió de lo profundo de mi mortalidad, “te quiero” este resulto oírse tan suicida que sonó como un eco en medio de la nada…
La madrugada hizo
que te imaginará, pero es que imaginarte no es igual que tenerte, imaginarte
solo me insufla mis ganas y me pervierte y hace que mi enfermedad se traduzca
en locura mientras que tenerte carne en carne te hace mi cura. La misma madruga
intentando hacer que nos encontráramos, pero esto a veces no es así.
Un día más y
el último adiós pedí para concluir aquello que no dije, que no dijimos, que no
hicimos y empezar de otra manera; caminar y perdernos en lo bello de esta
ciudad y su clima, y tú otra vez lo hiciste de nuevo, buscaste provocar a este animal que llevo dentro,
encontrando esta bestia que solo con tu cuerpo su hambre sacia y que en ocasiones
domabas y otras tantas lo dejaste que hiciera lo que fuera sobre tu cuerpo, no me
pude contener, no puedo contenerme cuando veo tus ojos, huelo tu piel, y siento
tu ser… pierdo el control de mi razón y
solo quiero sentirte, sintiéndome más atraído que nunca por los demonios de la
lujuria y del libido. Tengo unas inmensas ganas de hacernos un solo cuerpo y adentrarme en ese espacio húmedo por el que
caben todas mis perversiones… Y la mente se me contrae y dilata completamente enardecida.
Y un estruendo
de tu crueldad o racionalidad me hizo despertar, no sé porque lo hiciste, ni
quiero saberlo, estuve a punto de mandar todo al carajo por tu piel, tu ser, tu
carne, pero pensé en un mañana, ese
mañana donde tú existirías y no
confiarías en mi por romper todo por un ser,
después escuche tu discurso de siempre con las misma mentiras que ya
había sentido antes y no pude, no pude continuar, no pude creerte nuevamente, pretendía algo distinto, cuando sé que no puedo tener ese “algo”, aunque
intenté forzar al destino mil veces más .
.. No puedo tenerte a ti, y no por mí en verdad, si no tristemente por ti…..por
ti…
Una tarde más
y mi vulnerabilidad se hace presente,
sentía todo más claro, más paz con la soledad de compañera, pidiéndome
millones de respuestas y acudí hasta ti,
que me dijeras la verdad me agrado, que sintieras que yo moría por ti, me desilusiono, porque si lo he hecho pero guardo un poco
de sabiduría…. Me dolió tu adiós como
todos los anteriores pero este dolió más porque contradijiste todo tu discurso
que parecía tan convincente, maldije a
los dioses por no saber leer aquello que me gusta, por solo sentir, o por no
poner tela de juicio en tus palabras, en tus acciones, por creerte sincera, y
aun tengo fe en ti, mi ser quiere creer que solo ocultaste tu verdadero ser en
esas palabras frías e hirientes; desgarrarandome las entrañas como un lobo
devorando a su presa.
Regrese más de
una vez a ti, encontrando tu
vulnerabilidad, expresando tu ser y lo
que sientes, alegría o confusión por mi….por
alegrarte tus días, por hacerte reír, porque mis abrazos te hicieron sentirte
diferente, por hacerte estremecer cuando te bese….por tu temor a enamorarte de
alguien como yo, que no vale la pena….. Que
no soy nada más que un extraño
pretendiendo tu querer….y una vez más lastimaste mi ser , no sé si sea verdad ,
tal vez no quiero creer en tu desprecio o
tal vez lo hiciste para alejarme …No lo sé, ni lo quiero saber….te entiendo …
pero no lo acepto….
Intente no
forzar al destino, pero este ser tan
caótico me traiciona, necesito que esta vida me sorprenda, pero
antes debo ser leal y confiar, se que los días pasan, las distancias se
acortaran , pero el miedo y el no creer en lo increíble nos alejara, tal
vez para siempre, esta historia tal vez
nunca concluya…o tal vez nunca comenzó, No pasara nada más lo sé… ¡pero que no de
ilusiones vive el hombre ? y por ahora tú te has convertido en mi ilusión, mi
ilusión de media noche…. ya que para escribir solo necesito la ternura de los
días que nos dimos, que ya no
volverán, que parecieron un sueño ….Que
sigo queriendo escribir en medio de tu ausencia…
A casi
mitad de mi vida…